lunes, 22 de marzo de 2010

Cronica de una noche anunciada


Todo empieza con unos moquitos flojos, creo que toda mama (y/o papa) ya sabemos como distinguir cuando una gripe se aloja en el cuerpito de un hijo… después un poco de tos, decaimiento, se tapa la nariz, dolor en el cuerpito y ese quejo de que “no quiero hacer nada”. No queda otra que controlar, ver que no suba mucha fiebre, muchos mimos, tes calentitos y juguito de naranja…. Pero cuando a las 3 de la mañana empiezan los chicos con fiebre y no podes bajarla, no queda otra señoras y señores que salir volando a una guardia clínica.
El problema que se suscita en estos momentos, que cuando tengo que salir corriendo con mi hijo/a al medico, resulta que la obra social a la que familiarmente aportamos un promedio de $800 por mes, no me cubre prestación alguna… a ver si nos entendemos: sistemáticamente se descuenta del recibo de sueldo la suma por aportes a la cobertura de salud, pero no puedo hacer uso de la misma…
Llego al hospital, el bendito hospital que pesa a todos los intentos por desmantelarlo sigue en pie a duras penas gracias a la fuerza incondicional de sus trabajadores. Gente, mucha gente… nenes que lloran, adolescentes descompuestos, heridos, accidentados, engripados y mas de uno que busca entre esas paredes que sudan virus y falencias un techo para dormir. Horas de espera en las que te encontrás con mas de un conocido, con cara de sueño y la bronca acumulada en el ceño por saber que pese a tener obra social, tenemos que ir al Hospital público obligadamente para que nos atiendan en caso de emergencia.
“ya esta mamá, están todos los chicos igual… no te preocupes, controlale la fiebre, fijate que no le cueste respirar ni que le silbe el pechito y llevalo mañana a la tarde a que lo controle su pediatra”. Así me despide la médica de guardia y me voy rápido, dando lugar a una nena que cayo de una cucheta y que no para de llorar porque le “duele el pelo” según me contó hace ½ hora atrás…el sol ya se asomo hace rato, llego a casa y llamo al consultorio donde atiende nuestra pediatra para sacar un turno… y ya no se si llorar o reírme cuando la secretaria me avisa sin ningún tapujo: “si es ISSN, estamos cobrando la consulta”….

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